Frases de amor

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Frases de amor
El amor verdadero no espera a ser invitado, antes él se invita y se ofrece primero.
El verdadero Amor se modifica con el tiempo, crece y descubre nuevas maneras de expresarse.
El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.
La frase más púdica que he oído jamás: "En el verdadero amor, el alma es la que envuelve al cuerpo".
El amor verdadero hace milagros, porque el amor mismo es ya el mayor milagro.
El amor nunca impide a un hombre seguir su Leyenda Personal. Cuando esto sucede, es porque no era el verdadero Amor, aquel que habla el Lenguaje del Mundo.
El amor auténtico, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada sin exigirle en pago nuestra propia felicidad.
En el verdadero amor no manda nadie; obedecen los dos.
¡Cosa curiosa! El primer síntoma del verdadero amor en un joven es la timidez, en una muchacha es la audacia.
Corriendo el riesgo del fracaso, de las decepciones, de las desilusiones, pero nunca dejando de buscar el Amor. Quien no desista de la búsqueda, vencerá.
Una experiencia espiritual es sobre todo una experiencia práctica de Amor. Y en el amor no existen reglas. Podemos intentar guiarnos por un manual, controlar el corazón, tener una estrategia de comportamiento... Pero todo eso es una tontería. Quien decide es el corazón, y lo que él decide es lo que vale.
El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.
El amor no debe rogar, ni tampoco exigir. El amor tiene que tener la fuerza suficiente para llegar por sí mismo a la certeza. Entonces ya no es arrastrado, sino que arrastra.
En el verdadero amor, el alma oculta al cuerpo.
No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.
La distancia se creo para los amores verdaderos, sólo estos la resisten.
Conocí el amor verdadero cuando te conocí, pero no supe que lo tenía hasta que te perdí.
El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.
Escucha bien amor lo que te digo pues creo no habrá otra ocasión para decirte que no me arrepiento de haberte conocido.
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