Por fin empezaba a superar nuestra separación y por fin empezaba a aceptar que nunca serás mío, que tienes otra pareja... Pero hoy me has sonreído y has estropeado todo.
Cuando me abandonaste quise deshacerme de todos nuestros buenos recuerdos, pero pronto caí en la cuenta de que no existen recipientes tan grandes para guardarlos ni llamas tan altas para quemarlos.
Quiero dejar de fingir que te amo, porque el dolor que sentirás al saber que nunca me has tenido será menor del que sentirías al saber que deseo a otro.
No quisiste abrirme tu corazón, darme una esperanza para que te ofreciese lo que tenía preparado para ti, y sin embargo miras hacia otro lado, sin ser consciente de que él no te dará ni una milésima parte de lo que yo te pude haber dado.