El primer amor es como la varicela: tras las altas fiebres se termina curando pero siempre, bajo las costras, nos queda la marca de algunas cicatrices.
El primer amor es aquella relación que te permite dar lo mejor de ti sin ataduras. Sintiendo todo como si se paralizará el mundo y nada de esto se fuera a sentir nunca más alrededor.
El primer amor es sincero, transparente, directo, romántico, dar sin recibir nada a cambio, pasional, divertido, mágico, inseguro… Pero lo único que no es, es duradero.
Cuando él me dijo que sí, pensé que toda la energía que sentía se convertiría en un gran sol que permitiría que siempre mantuviéramos una llama especial entre los dos.
Me sentí orgulloso de ser tú primer amor, porque así yo sería el que te enseñaría a disfrutar del afecto y de los sentimientos mutuos y te dejaría un recuerdo eterno.
¡Qué bonito es el primer amor!... cuando todavía no sabes lo que duele cuando el otro se va y no te queda más que el vacío y su recuerdo que atormenta.
El poder del primer amor es imparable, salta todas las barreras porque la incertidumbre de poder vivirlo, la energía de la juventud y la vivencia sin miedos es un vendaval difícil de parar.
Lo cierto es que el primer amor jamás se olvida y por ello el sentimiento que siempre llevarás guardado bajo llave en tu corazón. Si algún día te lo vuelves a encontrar después de mucho tiempo puedes estar segura la llave que cuelga de tu cuello volverá a tintinear.
A pesar de que los besos no serán definitivos, los besos del primer amor siempre serán los más dulces y sinceros. La edad envuelve todo de más distancia pero ese recuerdo es imborrable.
Abrazarnos, cogernos de la mano, pasear tranquilos, escribirnos canciones, besarnos al atardecer... todas esas cosas tienen un color especial cuando se vive el primer amor de juventud.
El primer amor, el primer beso… Esos momentos deben guardarse en un lugar muy seguro de la memoria porque se trata de experiencias únicas y tan intensas que nos reconfortarán como el mejor calmante cuando la vida nos hiera irremediablemente.