Para adquirir reputación del mayor tacto social, habla a cualquier mujer como si estuvieras enamorado de ella, y a cualquier hombre como si te aburriera.
Los hombres siempre se empeñan en ser el primer amor de una mujer. Tal es su tosca vanidad. Las mujeres tienen un instinto más sutil de las cosas. Prefieren ser la última novela de un hombre.
El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una amistad verdadera.