El amor verdadero no se posiciona al lado de ningún corazón pues en aquellas personas que lo sienten, la cabeza, la pasión y el latido obedecen a los dos.
El tiempo pasa y sigues ahí inamovible al paso del tiempo, demostrando tu amor a pesar de cómo nos vengan los tiempos. No hay nada mi vida que desmonte lo que tenemos porque no hay nada más fuerte que el amor verdadero.
Lo único que nunca podrás vender en tu vida y que nadie te podrá quitar es el amor que has sentido por aquellas personas a las que hayas querido de verdad. El amor verdadero no es negocio, es sentimiento puro.
Qué pasaría si uniésemos todos los momentos de nuestras vidas en los que ha sido protagonista el amor? Quizás descubriésemos el sentido de muchas cosas y una verdad universal que sería imposible refutar.
El paso de los días me crea la incógnita de que la ilusión por nuestro amor pueda perderse, de que una noche me acueste y no te encuentre al otro lado de la cama. Pero entonces siento tu brazo que me da un calor de verano e ilumina mi sonrisa.
Ahora que puedo amarte para que amarte a medias, amarte despacio, amarte a destiempo, amarte sin mirarte... qué pérdida de tiempo, pienso, no amarte por completo.
Somos capaces de sacar todo el amor que llevamos dentro y transformarlo en verdadero cuando a la primera persona que cuidamos y amamos incondicionalmente es a nosotros mismos.
¿Quién va a escribir nuestra historia? ¿Quién se convertirá en nuestro poeta? El amor verdadero será lo único que quede cuando nuestra pasión se queme.
Gran Dios es amor y digno de admiración, así entre los hombres como entre las divinidades, por muchos y diversos motivos; pero, sobre todo, por su origen, porque es el más antiguo de los dioses.
Las mejores parejas no son las que buscan la perfección, sino aquellas que saben disfrutar y aprender cada día de las pequeñas imperfecciones del amor.