Aún después de tanto tiempo, me sigo preguntando cómo pude amarte y eso sólo puede ser una prueba clara de que en ocasiones, también nos enamoramos de espejismos.
Me enamoré de lo que creía que eras y no de lo que realmente fuiste. Error que aún sigo pagando temiendo constantemente amar el reflejo de mis ideas y no la propia realidad.
El amor no puede comprarse. No se pueden pagar sentimientos con dinero como si se tratase de diamantes. A la larga la pureza le gana la batalla a la belleza.
Qué pasaría si uniésemos todos los momentos de nuestras vidas en los que ha sido protagonista el amor? Quizás descubriésemos el sentido de muchas cosas y una verdad universal que sería imposible refutar.
No entiendes el sentido de la maternidad, ese sentimiento que la motiva hasta que amas tanto a alguien que la idea de ver crecer algo vuestro en tus entrañas te parece maravillosa.
No juegues a medir el amor de alguien por la capacidad de tener celos al verte con otra persona. Entre estirar la cuerda y romperla no hay mucho espacio.