Quizás no tomé las decisiones acertadas. Quizás no supe expresar cuánto te amaba. Quizás el miedo a perderte se clavó en mis entrañas y me llevó finalmente a perder lo que más me importaba.
Por más que el tiempo pase mis llantos seguirán empapando tu recuerdo, mi delito es amarte, mi sueño tenerte, mi mal no poseerte, y mi agonía no olvidarte.