Frases de amor

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Frases de amor
Lo más triste es cuando te das cuenta de que el que creías que era tu gran amor se ha convertido ahora en un completo desconocido.
No creo que el error fuera amarte demasiado, el verdadero fallo fue quedarme cuando todo el universo me gritaba que me fuese.
Lo más agrio del amor es cuando tras una despedida te preguntas cómo has podido compartir tanto tiempo con esa persona que se ha ido.
Es irónico que tú me hables de canciones de amor, cuando no tienes ni idea de qué significa cada palabra en sus letras.
No busques más mi corazón, se lo han comido las bestias.
La mujer a la que amamos y que no nos ama nos parece siempre incomprensible.
El cielo no conoce rabia como la del amor convertido en despecho, ni el infierno furia como la de una mujer despreciada.
El amor sólo es bueno cuando se toma como acicate para mayores empresas. Se quiere a una mujer y se dice: "Lucharé por ella, revolveré el mundo, la conseguiré". Y si esto último no llega ¿qué importa? Lo esencial es lo otro: luchar, revolver el mundo.
Hay muchos remedios que curan el amor; pero ninguno infalible.
Por fin empezaba a superar nuestra separación y por fin empezaba a aceptar que nunca serás mío, que tienes otra pareja.... Pero hoy me has sonreído y has estropeado todo.
La peor forma de echar a alguien de menos es estar sentada a su lado y saber que nunca será tuyo.
Porque el amor cuando no muere, mata. Porque amores que matan nunca mueren.
Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama.
Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?.
Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo.
Es mucho más fácil llegar a odiar a alguien a quien antes has amado, que a alguien por quien nunca has sentido nada en absoluto.
El que vive enamorado delira, a menudo se lamenta, siempre suspira, y no habla sino de morir.
Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.
Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él.
Donde rompen los amantes para siempre queda el monumento de su despedida. Lo volverán a ver intacto y marmóreo cuantas veces pasen por este sitio.
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