Los desconocidos son mejores amantes que los amigos, porque la sorpresa y la incertidumbre de los comienzos es un bálsamo maravilloso que precisan todas las relaciones.
El primer amor suele ser el más inmaduro de todos, no por la poca premeditación o picardía, sino porque aún albergamos un corazón no endurecido por el desengaño.
Cuando te tengo frente a mí, con tu dulce sonrisa y tus silencios, no hay día que no me queme en los labios el ansia de darte un beso y decirte un te quiero.