Frases de amor

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Frases de amor
Aún sin sentido, sin razón ni pensamiento, aún sin saber por qué te amo o por qué te pienso... pero sé que existes, y que eres mi sueño.
Dueles como piedra ardiente recién sacada del fuego; dueles mas no me quejo. Estoy pagando el precio de pensar con el corazón no con el cerebro.
Un millón de palabras no te traerían de vuelta, lo sé porque lo intenté, tampoco un millón de lágrimas, lo sé, porque ya las lloré.
Cuando me miras siento alegría y tristeza, la alegría de verte y la tristeza de no tenerte.
¿Qué triste es querer a alguien que no sabe querer?, pero aún más triste es el no poder dejarlo de querer.
Nunca dejarás de querer a la persona de la que realmente has estado enamorada, solo podrás tratar de acostumbrarte a vivir sin él.
Se acabó nuestro amor y vamos a ser libres. Por todo lo que hubo, y lo mucho que te quise, quiero que vueles alto, y te alejes de mí. Se acabó nuestro amor, que seas muy feliz.
Yo siempre pensé que era un diamante sin pulir. Dicen que el amor es ciego, y yo te digo que sí... ¿diamante? ¡Menuda piedra que he tenido junto a mí!.
Son el odio y el rencor, igual que brasas ardiendo y que solamente queman, a aquel que las lleva dentro.
Es tan grande tu indiferencia y tan rápido el olvido que en lugar de corazón, te veo un nido vacío.
El silencio que precedió a la puerta que cerraste, se encalló en la habitación como la cicatriz en una herida.
No era el adiós, ni el vacío, ni el silencio que dejaste cuando te fuiste. Era el vértigo de aprender a convivir de nuevo con mi vida.
El desamor tiende a magnificar los recuerdos, la recreación del tacto, los instantes felices. Pero no es un pretexto para sobrellevar el pasado, sino un mecanismo para aprender a convivir con el futuro.
La filosofía, a veces, nos ayuda a superar un abandono. Será un pretexto, pero me consuela pensar que para Heráclito, mañana ya no serás la misma mujer.
Las rupturas son como las galletitas de la suerte. En su interior, todas albergan un plan o una moraleja.
Lo peor de esta despedida es que llenas tus maletas con reproches y dejas todo el dolor en esta sala de estar.
Tal vez nos damos cuenta de que el amor no es suficiente cuando el entendimiento deja claro que no está de nuestro lado y comienza a hacer sus maletas.
El amor se muestra constante incluso en sus peores momentos: progresivamente nos va cegando y progresivamente también se va pudriendo en nuestro interior cuando no encuentra con qué seguir creciendo.
Sé que no te mereces mi tiempo ni tampoco mis pensamientos, pero no puedo evitar sufrir por lo que pudo haber sido, por lo que pudimos haber tenido.
¿Por qué no me dejaste tan sólo un momento para hacerte feliz? No me diste la oportunidad de darte el amor que tenía para ti, y ahora me ahogo intentando salir del mar de emociones que me hiciste sentir.
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