Quisiera poder decirte que te amaré para siempre, más allá de mi cuerpo y de las cosas. Pero no puedo mentirte. No tengo constancia de que exista la eternidad.
Apenas recuerdo el lugar, ni el tiempo, ni la fuerza libertadora que me llevó a romper el silencio y la distancia que nos separaba. Sólo recuerdo que la primera vez que te vi, empezamos a vivir el resto de nuestra vida.
Enamorarse de una amiga puede llegar a salir rentable. Ya conoces sus gustos, sus manías, y probablemente ya habrás memorizado la fecha de su cumpleaños.
La ilusión de un amor de juventud es similar a la de tener un globo de helio. Aunque uno sabe que terminará perdiendo la chispa, el gas y la fuerza, en el fondo alberga la esperanza de la infinita perdurabilidad.
No es que el hombre y la mujer hablen distintos idiomas, es que aportan distintos matices a un adverbio: El "ya termino de arreglarme" es un "mañana" y el "cariño, ya lo arreglaré después" es un "nunca".