Frases de amor

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Frases de amor
La única manera de conservar eternamente un amor, es no hacerlo físico.
Quisiera poder decirte que te amaré para siempre, más allá de mi cuerpo y de las cosas. Pero no puedo mentirte. No tengo constancia de que exista la eternidad.
El amor a distancia es perfectamente factible. Solo requiere la búsqueda de pareja y sexo en la misma ciudad.
Aunque sepa que nuestras sombras nunca caminarán su vida de la mano, recrear esta imagen me salva de mi soledad.
El tiempo y la vida me enseñaron que, lo único imposible en el amor, es salir airoso.
Tu abrazo, como un cálido verano, me protege y me guarda de las inclemencias de la vida; de cualquier dolor helado del invierno.
El amor es la única guerra que no se gana con el asedio y la batalla, sino con la rendición.
Apenas recuerdo el lugar, ni el tiempo, ni la fuerza libertadora que me llevó a romper el silencio y la distancia que nos separaba. Sólo recuerdo que la primera vez que te vi, empezamos a vivir el resto de nuestra vida.
La amistad y el amor son buenos soportes del alma cuando el destino no se muestra partidario de la felicidad.
Enamorarse de una amiga puede llegar a salir rentable. Ya conoces sus gustos, sus manías, y probablemente ya habrás memorizado la fecha de su cumpleaños.
El primer amor es responsabilidad de la inocencia, la ilusión y el alma. El resto, tienen bastante más que ver con la fisiología.
La única inconsciencia que alberga el primer amor, es no medir con conciencia los parámetros del desengaño.
La ilusión de un amor de juventud es similar a la de tener un globo de helio. Aunque uno sabe que terminará perdiendo la chispa, el gas y la fuerza, en el fondo alberga la esperanza de la infinita perdurabilidad.
De todas las palabras que conozco, –y son muchas–, ninguna me ruboriza más que mi nombre pronunciado por tus labios.
Besar no es solo fundir dos bocas en una misma piel, es pronunciar "te quieros" en el idioma del corazón.
Junto a ti, la vida debería medirse en besos, no en minutos.
La única razón para no querer enamorarme de ti, es no perderla.
No es que el hombre y la mujer hablen distintos idiomas, es que aportan distintos matices a un adverbio: El "ya termino de arreglarme" es un "mañana" y el "cariño, ya lo arreglaré después" es un "nunca".
Para que una relación funcione no hay que entregar la libertad, pero sí es conveniente aprender a plegar las alas.
Decir que un desengaño amoroso nos fractura el corazón en mil pedazos, es una hipérbole. Pero sí es cierto que nos deja alguna que otra astilla.
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