Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Ante mi tengo la elección de ser parte de algo maravilloso, de ser recordado sin límites y de tener la felicidad que todos desean. Por eso mi amor no es duda y te eligió a ti desde antes de verte por primera vez.
Ojalá el amor eterno exista porque en esta vida todo nos ha resultado demasiado complicado para estar juntos. Si la justicia existe, allá donde se vaya después de la muerte nos habremos de encontrar.
Cuando me vaya de esta vida dejare un mensajero que siga contándote lo que te sigo amando, porque mereces tener de mí más de lo que pueda darte en una sola vida.
Después de conocer a la persona que amas no puedes hacer más que seguir ese camino que se abre ante ti, cerrar los ojos y continuar dando pasos a su lado mientras lo sientas dentro.
Después de la vida el amor continúa, porque los que aman desde dentro no dejan de sentir ese profundo sentimiento de amor cada vez que a su mente vuelve el recuerdo de quien fue...
El amor eterno es ciego, pero necesita tu mirada, es descarado aunque requiera de tu paz, es frágil y sin embargo vive para siempre con tus serenas palabras.
Ayer me di cuenta de que han talado aquel árbol en el que, nuestros nombres surcados por un corazón con flecha, pensaban que serían eternos en un mutuo destino.