Frases de amor

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Frases de amor
Enamorarse es la absurdez más tierna que uno puede cometer en estos tiempos.
Pienso en ti como en un mar en calma y en mis manos como en la ola que te hará estremecerte.
En el amor hay que ser valiente porque, lo peor que puede pasar entre nosotros, es que no pase nada.
Los piropos suelen ser pequeñas mentiras o verdades a medias  pronunciadas en la lengua que habla el corazón.
Las mejores cartas de amor no se escriben con papel y boli, sino que se dictan al aire y dejas que el viento las lleve a quien corresponde.
El amor es más adictivo que el alcohol y el tabaco y no sé por qué nadie ha tenido la precaución de prohibirlo hasta los dieciocho.
Yo no sé si el amor es ciego, pero viendo a algunas parejas, uno no puede evitar pensar en un cierto principio de miopía.
Los amores de verano son como las piñatas: uno tira de cada hilo con ilusión pero a menudo el premio tarda en llegar varios intentos.
El amor es mucho mejor expresarlo sin palabras. Cuantas más digas, más probabilidades tienes de decir algo que no debías.
La fase de enamoramiento se diferencia del amor en que, incluso con cuarenta grados a la sombra, paseas abrazado.
Cuando quise darme cuenta, lo único que quedaba entre nosotros era la pesada y triste sombra del desengaño.
A la larga, las rupturas más dolorosas no son las que se producen de manera abrupta, sino aquellas que se gestan durante mucho tiempo.
El amor, como una vela, cuando se apaga deja en nuestro corazón un poso caliente que también quema.
Hay dos maneras de superar una ruptura, encerrándose en uno mismo o abriéndose al mundo. En los dos casos se está igual de solo.
Las rupturas son como las picaduras de abeja: al principio duelen a rabiar, luego dejan un molesto escozor y con el tiempo solo queda el recuerdo del lugar donde estuvo clavado el aguijón.
Cuando me abandonaste quise deshacerme de todos nuestros buenos recuerdos, pero pronto caí en la cuenta de que no existen recipientes tan grandes para guardarlos ni llamas tan altas para quemarlos.
La tristeza de un amor perdido es como un árbol caducifolio, siempre vuelve a resurgir y a perder sus hojas después de cada primavera.
Cuando me miras, sé que la mitad de dos no es uno, sino que el verdadero resultado es la palabra soledad.
Me gusta pasear por los lugares que juntos recorrimos, porque, de alguna manera, me devuelven el calor de los días felices.
El amor no es ciego pero, cuando un amante nos traiciona, el tiempo nos hace ver que sí teníamos los ojos vendados.
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