Frases de amor

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Frases de amor
Me gustaría decirte hasta pronto, pero es mejor que te cuente que no habrá un reencuentro, ni una esperanza de volver a vivir lo que tuvimos.
Cerraré la puerta y no vendrás tras de mí. Las lágrimas que derrames entonces serán las que regarán tu futuro sin mí.
Siempre es mejor asumir un adiós definitivo, porque esa despedida es la hoja de tu vida pasando hacia otro capítulo.
No me voy a despedir de ti, no puedo. Para mi tu siempre serás sal y arena en la costa norte de mi vida.
Te fuiste y se redujo a cenizas todo lo que yo amaba.
Te recordaré siempre libre y hermosa. Nos despediremos entre risas y tu recuerdo permanecerá por siempre dentro de mí.
Adiós amor, no te vayas muy lejos que en cuánto salga mi tren iré a tu reencuentro.
Besarte es como hacer deporte durante varias horas: al despedirnos, siempre me quedan agujetas en el alma.
Desde que te fuiste, la palabra soledad tiene tantas sílabas como días llevo sin poder verte.
Quien dijo que las despedidas eran tristes está claro que nunca se despidió de un mal amor.
Aún queriéndote, te quiero lejos. Qué sensación tan amarga e irónica al mismo tiempo.
Una despedida no siempre tiene que ser un adiós. El "adiós" es para el que no ama, el "hasta luego" para el que sí lo hace.
¿Una despedida tiene que ser triste? Yo casi celebro una fiesta el día que saliste por la puerta. Jamás sentí tanto aire puro entrar en mis pulmones después de una cárcel de mentiras tan larga.
Yo no te diré adiós, te diré "hasta siempre" porque aunque decidas marcharte, en el fondo de mi corazón sé que siempre habrá una puerta abierta para ti.
Te digo adiós y acaso con esta despedida Mi más hermoso sueño muere dentro de mí. Pero te digo adiós para toda la vida, Aunque toda la vida siga pensando en ti.
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía. Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós. No sé si me quisiste... No sé si te quería... O tal vez nos quisimos demasiado los dos. Este cariño triste, y apasionado, y loco, me lo sembré en el alma para quererte a ti. No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco; pero sí sé que nunca volveré a amar así. Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo, y el corazón me dice que no te olvidaré; pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo, tal vez empiezo a amarte como jamás te amé. Te digo adiós, y acaso, con esta despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mí... Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
Mi amor, dices que no hay amor a menos que dure para siempre. Tonterías, hay episodios mucho mejores que la obra entera.
¡Adiós! En esta palabra - palabra fatal -, aunque se encierran promesas, esperanzas y fe, alienta la desesperación.
El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor.
Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
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