Frases de amor

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Frases de amor
Y me hice mujer-salvaje, decidí ser eterna, profunda y creadora...Mis garras-rama se anclaron a la vida.
Harta, es la palabra. Harta de que crean que soy dulce, delicada, paciente...¡no! Yo soy fuerte, vigorosa y luchadora.
Mi superhéroe preferido es mi mujer, capaz de ser profesional en todas las artes de esta vida sin olvidar lucir su mejor vestido y su sonrisa.
Mi mujer, aun maniática, aun mandona, aun inquisitiva, aun displicente a ratos, sigue siendo la única persona en el mundo que puede salvarme de los fantasmas del tiempo y la soledad.
Las mujeres con pasado suelen ser las más recomendables. En el amor, la experiencia y el error suelen ser garantía de futuro.
Para adquirir reputación del mayor tacto social, habla a cualquier mujer como si estuvieras enamorado de ella, y a cualquier hombre como si te aburriera.
Una mujer de cuarenta años sólo tiene atractivos para aquellos que la amaron en su juventud.
Las mujeres saben muy bien que lo que llamamos amor sublime y romántico depende, no de sus cualidades morales, sino de su manera de peinarse y del color y corte de sus vestidos.
La mayoría de esposos me recuerdan a un orangután que intenta tocar el violín.
El divorcio probablemente se remonta a la misma época que el matrimonio. Yo creo, sin embargo, que el matrimonio es algunas semanas más antiguo.
El divorcio es indispensable en las modernas civilizaciones.
El matrimonio es el sepulcro del amor; pero del amor loco, del amor sensual.
Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida.
Sus intenciones eran estrictamente honorables; o sea robarle a una señora su fortuna por medio del matrimonio.
No hay nada en el mundo como la devoción de una mujer casada. Es algo de lo que ningún hombre casado tiene ni la menor idea.
Me volvería a casar si encontrara a un hombre que tuviera quince millones de dólares, me regalara la mitad antes del matrimonio y me garantizara que se moriría antes de un año.
Las cataratas del Niágara son la segunda gran desilusión de la novia.
Un hombre no debería casarse sin haber estudiado anatomía y haber diseccionado, por lo menos, a una mujer.
Un hombre que se casa con su amante crea una vacante para el puesto.
Casarse es como poner la mano dentro de una bolsa llena de serpientes con la esperanza de sacar una anguila.
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