Frases de amor

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Frases de amor
La mujer es móvil, como la pluma al viento, cambia de acento -y de pensamiento.
Una de las más verdaderas satisfacciones del hombre llega cuando la mujer a la que deseó apasionadamente y que lo rechazó pertinazmente, deja de ser bella.
Las mujeres han servido todos estos siglos como espejos mágicos que poseían el delicioso poder de reflejar la figura masculina al doble de su tamaño natural.
Oh, nunca des tu corazón por entero, pues aunque ellas digan otra cosa con sus suaves labios, han entregado sus corazones al juego.
La mayoría de las cosas, aunque se pretende que es por otros motivos, se hacen por las mujeres.
La prodigiosa esperanza que las mujeres ponen en el amor carnal, y el pudor de esta esperanza, les hacen estropear todas las perspectivas.
Las mujeres abandonadas son las que simplemente aman; las conservadas son las que saben amar.
El amor en la mujer está siempre mezclado con una admiración involuntaria, y cesa cuando cree convencerse de que el hombre le es inferior.
Una mujer sin ternura es una monstruosidad social de la naturaleza; más aún que un hombre sin valor.
En todo el mundo no hay una sola mujer besada cuyos labios no hayan sido tomados enteramente por sorpresa.
No siempre es necesario que haya amor para hacer sucumbir a una mujer; hay momentos desgraciados en que la más virtuosa es la más débil.
El amor del hombre es cosa distinta de su vida, mientras que el de la mujer es su vida entera.
En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
En su primera pasión las mujeres aman al amante, y en las siguientes aman el amor.
En el corazón de una mujer siempre cabe un amor más.
El amor, que no es más que un episodio en la vida de los hombres, es la historia entera de la vida de las mujeres.
La mujer es como la sombra: si la huyes, sigue; si la sigues, huye.
Una mujer hermosa, pero pobre, encuentra más amantes que pretendientes.
El amor, que no es más que un episodio en la vida de los hombres, es la historia entera de la vida de las mujeres.
Las mujeres son como las plantas de interior: necesitan el agua exacta, la luz precisa y muchas palabras dulces.
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