El enamorado sigue sentado, esperando mentalmente a que la decisión se tome una noche al atardecer, mientras se pone el sol... esperando a que se vaya la incertidumbre.
Cuando era joven solía pronunciar "te quieros" sin pensarlo demasiado. Ahora medito tanto estas palabras que a menudo las pronuncio cuando ya es demasiado tarde.
Acaba con esta flecha con estos sentimientos que hacen que empiecen a arder mis ganas de estar contigo bloqueando todos los pensamientos que aparecen de control.
Es curioso ver cómo dos personas que se quieren pueden llegar a hacerse tanto daño tratando de defender un orgullo que, de hecho, no sirve absolutamente para nada.
Si en algún momento te cuestionas cómo es posible querer a alguien y a la vez hacerle tanto daño, mira bien si estás actuando por amor o, por el contrario, con miedo, orgullo o con egoísmo.
Si quieres que tu relación sea duradera, vacía tu mochila de miedos, arrogancia, dudas, orgullo y egoísmo porque será un viaje largo aunque con dulces momentos.