Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca.
Las pasiones en los hombres son como los vientos, los cuales son necesarios para infundir movimiento a los seres, aunque frecuentemente provoquen huracanes.
Los celos, cuyo objeto parece no ser otro que la persona amada, demuestran mejor que todas las demás pasiones, que no amamos a nadie más que a nosotros mismos.
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Te quiero porque sabes dejar en silencio la monótona realidad cuando te entregas en un beso. Te quiero por todo lo que me das sin saber lo que me diste. Hay cosas que todavía no conozco de ti, espero que la vida me alcance para conocerte mejor.