Sentada enredando mi pelo en mi dedo, sonriendo sin darme cuenta, mirándole sin pestañear, empiezo a ser consciente de que que daría mi vida por hacer eterno este efímero momento.
Me pregunto todas las noches que es lo que me falta para conquistarte, que necesitas para que mi amor sea correspondido. Pídeme lo que quieras y te lo daré el sol, la luna y las estrellas si es preciso.
Pienso en ti cada vez que paso por ese banco en el que leíamos los domingos, cada vez que huelo las flores del jardín en casa, y cada vez que escucho que un corazón esta tan roto como el mío.
Qué triste es saber que te vas y que por ello no podemos estar juntos. La vida se oscurece porque te pierdo y la luz gris que queda, no deja que los pensamientos sean buenos, por lo menos, hasta que no pase mucho tiempo.
Te regalo palabras dulces que te hagan sentir especial, que te hagan olvidar todo lo malo del día y que te hagan saber que no hay mujer que te hará ser más feliz que yo ni amor más verdadero que el mío.