Frases de Marta Salas

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Frases de Marta Salas
Pienso en tu cuerpo como en un lienzo extendido en el que quiero dibujar el resto de mi mundo.
Si quieres saber cuál es la extensión de mi herida, cuenta las horas que hace que te fuiste y las que tardarás en volver a mi vida.
Si el amor hay que trabajarlo cada día para que no muera, por no perderte me dedicaría a ti a jornada completa.
El primer amor es como un pez de feria: no suele durar más de un par de semanas pero recordamos su nombre durante toda la vida.
Después de un largo y tedioso día de trabajo, no hay mejor reposo que el calor de tu abrazo.
De todo tu cuerpo solo habría una cosa que cambiaría sin dudarlo: no ser yo quien lo mira.
Los amores de juventud son como las pompas de jabón, cómo hacer para que duren sin romperse es un misterio.
No puedo prometerte amor eterno cuando no sé, siquiera, qué pasará mañana. Pero sí puedo asegurarte que, pase lo que pase, día a día te querré eternamente.
El primer amor se parece bastante al primer hogar de la niñez: no solemos recordar fechas ni nombres pero su olor nos acompañará toda la vida.
Yo no sé si el amor es ciego, pero viendo a algunas parejas, uno no puede evitar pensar en un cierto principio de miopía.
La nostalgia me lleva cada tarde al parque donde nos conocimos y al banco aquel que, tallado en el filo, aún recuerda y pronuncia nuestros nombres.
Un amor de verdad no tiene por qué durar para toda la vida, basta con que, en origen, tenga la fuerte convicción de la permanencia.
Decir te quiero mirando a los ojos es como saltar de cabeza al alma del ser amado.
Te echo tanto de menos, que hay días en que me duelen los huesos de tanto añorar tus abrazos.
Los amores de juventud son como las pompas de jabón, cómo hacer para que duren sin romperse es un misterio.
Enamorarse es la absurdez más tierna que uno puede cometer en estos tiempos.
Las relaciones pasan por multitud de fases, pero si hay amor verdadero, en todas ellas hay un tercero para absorber los excedentes de cariño: un pez, un perro o un gato.
En el amor hay que ser valiente porque, lo peor que puede pasar entre nosotros, es que no pase nada.
Lo que más valoro en mi pareja es la sinceridad porque el tiempo me enseñó que el peor inquilino de una relación es la mentira.
Un buen amigo nunca será el mejor de los amantes, porque toda relación inolvidable necesita su dosis de misterio.
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