No sé si existe el amor a primera vista, sólo puedo decir que no podría haberte dejado marchar sin preguntar tu nombre, ese nombre de quien escucho susurrarme te quiero.
No te enfades porque pase por tu lado o porque te pregunte cosas banales. Sólo deseo escuchar tu voz y sentir que me miras, aunque no sea con el amor que lo hago yo.
Si al menos mi corazón me diese tregua, si por un momento mi mente dejase de pensar en ti, entonces podría hablar con mi alma para decirle que no me quieres.
Tardé tanto en decirte que sí porque no creía poder amarte. Pensé que serías pasajero y ahora me doy cuenta de que necesitaría una vida entera para dejarte.
En las grandes amistades entre hombres y mujeres siempre existe un toque de amor entre ambos. Es el amor que a veces siente una parte y otras veces la otra, y que jamás será revelado por ninguno.
Cuando entre dos personas no existe el mismo nivel de interés, uno de ellos empieza entristecer por lo que no desea tener y el otro comienza a sufrir por el amor que no va a poseer.
Un profundo sentimiento invade tu cuerpo, te emocionas al oír su voz, tus pensamientos sólo tienen un destino y sabes que sacrificarías todo por ella. Así detectas que eso que sientes puede parecerse al amor verdadero.
Mantener una relación con otra persona no es más que una forma egoísta de alimentar nuestra felicidad. En realidad no deseamos el bien del otro, sino la satisfacción de nuestro corazón.
Un amor a primera vista no garantiza la eternidad de una relación, pero un amor que crece y se hace fuerte con el tiempo, es lo que garantiza la felicidad en pareja.
Cuando te enamoras piensas que es para siempre, que durará toda la vida. Sin embargo, cuando llega el desamor a tu vida, cada día crees que será el último.
Si volviese a nacer, y tuviese que repetir toda mi vida, no cometería los mismos errores, ni haría las mismas tonterías… pero de una cosa estoy seguro y es que te encontraría mucho antes.