Siempre creí que era una persona desafortunada hasta que te conocí. Entonces entendí que la fortuna se había estado reservando para el mismo día en que mis ojos te vieran por primera vez.
Te prometo que lo intento con todas mis fuerzas pero por más que lo hago, no logro dejar de pensar en ti y en lo difícil que es seguir viviendo sin tus besos.
Sentir que el mundo se te cae a los pies cuando un simple gesto te descubre toda una vida de mentiras y pararte a pensar cómo no te diste cuenta antes.
Si el amor eterno existe, debe ser esto mismo que estoy sintiendo, porque por más que lo pienso no encuentro un solo argumento que me hiciese dejar de amarte.
Pasé noches enteras llorándole a la enorme impotencia que me dejaban tus rechazos. Ahora tú le lloras a mi frialdad y es cuando entiendes que cada acción tiene una consecuencia.
El amor no correspondido es aquel que deja en el aire todos tus deseos de amar y proyecta toda tu energía hacia un lugar donde se dispersa y se deja morir.