Lo que me separa de ti son cientos de piedras pequeñas que conforman caminos difíciles pero lo que me une a ti son esas ilusiones pequeñas que conforman proyectos de vida y que nos hacen caminar hacia una vida feliz en común.
He conocido a muchos hombres que por mí no han sentido nada más allá de una cierta pasión con medidas, pero nunca he conocido a nadie como tú que me hiciera sentir que cielo y tierra se han unido para poder acabar juntos el resto de nuestros días.
Es posible que no hayamos mirado a nuestro lado, porque siempre está ahí esa persona que quiere quererte como tú lo desees, que te da todo lo que necesites y que te escucha y comprende cuando lo necesitas.
Cuando sabes que la persona que está a tu lado es con la que deseas pasar el resto de tu vida, no existen obstáculos que impidan que ese amor se haga eterno.
El primer amor es locura, ingenuidad, pasión, confianza, inseguridad, entrega, soñar, sentir, caricias, abrazos, melancolía... en fugaces instantes que nos gustaría convertir en eternos.
Aunque desee olvidarte, vuelvo a caer en las redes de tus palabras una y otra vez. Sé que debo dejarte marchar pero no puedo. Necesito un poco de ti... y tú un poco de mí.
Puede que este amor que hoy te deja, vuelva un día siendo mucho más de lo que en su momento fue. Tan sólo recuerda lo que marcó tu vida para siempre, el resto se perdona.
El primer amor suele ser el más inmaduro de todos, no por la poca premeditación o picardía, sino porque aún albergamos un corazón no endurecido por el desengaño.
El enamoramiento no conoce de barreras y aunque somos muy diferentes, un chispazo me ha hecho sentir que entre los dos hay algo profundo, sincero, intenso que merece la pena ser vivido.