Aunque el paso del tiempo cambie nuestra memoria, deje el color blanco en nuestro pelo, y nuestros cuerpos deseen descansar más que antes, nuestro amor permanecerá fuerte, como ese árbol que vio florecer nuestro amor.
Aunque se rompan los diques que sujetan al mar, aunque el sol se cubra cuál eclipse de luna entre las montañas o aunque la tierra deje de de dar vueltas, ten por seguro que mi amor por tí continuará siendo eterno.
Seré, si no me dejas, el ingenuo que esperaba un saludo tuyo en la puerta de tu casa y que ahora te espera en nuestro hogar, el que construimos juntos.
Me das todo lo que alguien puede desear en la vida, felicidad. Es por eso que no miro más que a tu rostro y no deseo más que pasar el resto de mi vida junto a ti.
Uno aprende a amar cuando encuentra a esa persona que no genera vacíos, que no pone cadenas, que te hace reír pero se compromete a la verdad sin dudar.