Una vez me sentí vivo y jamás olvidaré esa sensación… cuando compartimos ese tiempo en mutua compañía, cuando mi mundo acaparaba dos personas y cuando cada beso era una razón para seguir luchando… cuando moriste, morí contigo… te añoro, mi amor.
Salud, dinero, éxito … esas cosas de las que se dice no dan la felicidad cuando en realidad lo hacen siempre que vengan amalgamadas con, por cursi o tópico que suene, el amor tal como lo recibo cada día por tu parte… gracias mi vida.
Y allí, rodeados de gente, el alma se desgarraba ante lo recién conocido. Una vida entera anhelando lo que no conoce, una vida aún no vivida anhelando lo conocido sin pertenencia.