Mi corazón cargado de amor, escribe sobre páginas en blanco, vencido por la adversidad que reclama recuperar tu amor, una mirada, un tiempo y un perdón.
Ni tú ni yo somos dueños del amor, que crece o deshace según respeto y libertad, donde pacen destino y voluntad, leyendo en el alma y viendo en la sinceridad.