Que la gente no le ponga barreras a nuestro amor, que aquí ganamos los dos, es una partida a medidas. Un amor sin dudas, sin ataduras. Cierra tus oídos y solo mírame.
Hazme vibrar, recórreme con tus dedos, siento que tú nombre es mi canción, que necesito tu tacto, decirte que el día se me hace muy largo cuando no te tengo a mi lado, amor.
Siempre creí que era una persona desafortunada hasta que te conocí. Entonces entendí que la fortuna se había estado reservando para el mismo día en que mis ojos te vieran por primera vez.
Hay estaciones propicias para el amor: nuestros cuerpos cálidos en verano; los abrazos desnudos como árboles de otoño; el escalofrío de invierno en el estómago y el espejismo de perpetuidad que como primavera nos florece.
No hay insomnio más dulce que el del enamorado; ni falta de sueño más ansiada que por una noche de amor; ni desvelo más tierno que observar mientras duerme a quien se ama.
He llegado a la conclusión de que los idiomas resultan imprecisos y escasos para el amor, pues no hay palabra en el mundo que pueda expresar lo que te quiero.
Mi descuido y mi impuntualidad me han hecho perder muchos trenes en la vida. Por eso me siento tan dichoso de haber sido capaz de subir en la parada de tu corazón.
Cuando amas a otra persona sólo deseas que vuestro tiempo se detenga en cada beso, que vuestras miradas no dejen nunca de cruzarse y que esa sonrisa de vuestros labios no sonría más que por vuestras palabras.
Si volviese a nacer, y tuviese que repetir toda mi vida, no cometería los mismos errores, ni haría las mismas tonterías… pero de una cosa estoy seguro y es que te encontraría mucho antes.
Muchas personas odian los ramos de flores, los corazones en los escaparates y las parejas cogidas de la mano. Esto les pasa hasta que se enamoran, momento en el que todo se vuelve color de rosa.