En nuestro corazón existen dos principios de acción: un amor de instinto que nos conduce hacia los placeres de los sentidos, y otro de la razón que nos lleva hacia lo bello, lo excelente y lo perfecto.
Con el amor pasa lo mismo que con el arte: entre quien ama un poquito lo más grande y quien arde de amor ante lo más pequeño, es más pobre e inferior el primero.