¿Acaso anoche me robaste la razón que no la encuentro? Ven y dame la cordura para continuar amándote antes de que mi locura por ti me nuble la existencia.
Seré, si lo deseas, el idiota que te quiso con locura sin saber tu nombre. Aunque si me lo permitieses, me gustaría saber cómo se llama la mujer a la que regalaré el amor que nunca imaginé que llegaría a sentir.
Nunca olvidaré esa inocencia y ese aire divertido con los que me observaste por primera vez. Fue cuando entendí que a partir de ese momento mi vida giraría en torno a ti.
Desde el primer momento que te vi supe que ya no saldrías de mi mente ni un solo minuto. Hoy tengo la suerte de recordar aquel momento cogido de tu mano y me siento la persona más afortunada del mundo.
En los momentos más difíciles pienso en ti, en los lugares divertidos te echo de menos, cuando suenan bonitas canciones me gustaría dedicártelas… por todas estas cosas me he dado cuenta de que empiezo a quererte.
La vida mejoró a tu lado desde el primer día que hablamos y ahora solo espero que la puedas hacer inmejorable correspondiendo mi amor en esta tarde de verano.
Mis ojos solo le cuentan a mi corazón cómo te han visto hoy, de lo perfecto que ha sido nuestro encuentro y de cómo cuando dos personas se quieren en igualdad de condiciones, el amor fluye solo.
En muchas ocasiones han jugado con mis sentimientos y pensé que nunca más volvería a confiar en alguien pero has aparecido tú volviendo a hacer que crea en el amor y me haga la promesa de que volver a intentarlo merece la pena.