Que esta despedida sólo sea el comienzo de una gran etapa en tu vida y que encuentres a alguien que realmente pueda hacerte feliz ya que es evidente que yo no pude.
Qué triste es tener que despojarse de ese sentimiento de amor profundo hacia otra persona, que te hunde y te hace caer en un espejismo de desgracia irremediable.
Solo me queda esperar al olvido que traerá de nuevo la bienvenida a un nuevo amor que me pueda dar todo aquello que tú no me diste y aquello que me quitaste cuando te marchaste.
La despedidas deberían de estar prohibidas. Una enorme señal que prohibiera esos momentos de silencio que desgarran por dentro y que solo nos dejan un adiós por respuesta.
Es probable que en otro momento de mi vida, esta situación hubiese sido una de las más tristes pero no he de sentir melancolía para sacar de mi vida a quien nunca me mereció.