Ya vendrás pidiendo que te quiera como te quise, ya vendrás suplicando que te acaricie con esas caricias de amor infinitas. Ya vendrás dándote cuenta de que estar con otra persona solo ha significado una emoción momentánea en tu vida y que ahora quieres lo que tenías.
Pienso en ti cada vez que paso por ese banco en el que leíamos los domingos, cada vez que huelo las flores del jardín en casa, y cada vez que escucho que un corazón esta tan roto como el mío.
Hay miradas que guardan historias, que cuentan vidas, que saben lo que callan y que mientras se crea una despedida dicen lo que el corazón guarda. Mis ojos te siguen mientras te vas por el camino de la despedida.
Me gustaría que le dijeras que ya no le quiero, que ya no siento nada, que ya no creo en sus palabras, que ya no pienso en todos los lugares donde estuvimos, pero por favor, no le digas que todo esto te lo dije llorando.
Lo que daría porque las lecciones del amor no fueran tan dolorosas cuando quieren enseñarnos que nada es para siempre y que todo cambia según el fluir de la vida.
El desamor no es la consecuencia de que el amor se acabe, sino la consecuencia de darnos cuenta de que la persona que amábamos no era la quien creíamos que era.
Volando con un ala rota me he encontrado todo este tiempo en el que solo me has dado desamor. Extendí mis alas del amor pletórica desde el primer momento y he empezado a ver como se rompían cuando hemos llegado a nuestro final.