El amor auténtico, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada sin exigirle en pago nuestra propia felicidad.
No es necesario que te lo diga, porque tú ya lo sabes. Te empeñas en que hable, en que me abra a ti, pero no puedo hacerlo, no tengo palabras para expresar el sentimiento tan profundo que me invade al estar contigo.
No me gustan los amores pretenciosos, ni los de mil palabras de amor. Sólo deseo ese amor silencioso que te ama sin explicaciones, sinceramente, desde adentro.
¿Mi amor es certero? ¿Es lo que tengo un sentimiento sincero y profundo? Dime corazón ¿Es lo que siento, y que no puedo explicar, una emoción de amor?.
El amor que siento hacia ti no mueve montañas ni podrá construir una escalera hasta la luna. Pero en ese sentimiento encontrarás una pizca de mi vida que si lo guardas te dará la felicidad.
No tengo claras muchas de las cosas que deseo en esta vida. No sé qué profesión escogeré o qué casa me compraré, sólo tengo claro que contigo a mi lado nada será difícil.
Me rendí a ti un día sin pensarlo, dejándome llevar hacia donde esta aventura nos llevase. Y ahora que llevamos navegando tanto tiempo, no deseo llegar a ningún lado, sólo deseo continuar navegando a tu lado.
Al iniciar una relación siempre crees que ese amor es el verdadero, el que llena tu vida y con el que deseas estar toda la vida, pero entonces llega otra persona… el verdadero amor.
El amor verdadero es tan puro como la palabra de un niño, tan fuerte como la mayor de las murallas y tan resistente como el agua, que por más que pueda variar en su forma, siempre mantiene su esencia.