Mientras el hombre se tortura pensando cuáles serán las reacciones de la mujer amada, ella se tortura pensando cómo es que él tarda tanto en manifestarse.
El amor tiene los mismos efectos que un terremoto: breves temblores, desconcierto y algún que otro llanto. Cuando pasa, lo único que deja es desorden, destrozo y la incógnita de cuándo volverá a suceder.
No es que el hombre y la mujer hablen distintos idiomas, es que aportan distintos matices a un adverbio: El "ya termino de arreglarme" es un "mañana" y el "cariño, ya lo arreglaré después" es un "nunca".
El día que te conocí estabas tirada en un banco del parque tostándote al sol, me llamaste la atención por hacerte sombra y me lanzaste un botellín de agua a la cabeza...pensé, ¿a 40º es posible enamorarse?.
El amor es un verdadero acceso de fiebre, con la diferencia de que ésta comienza con frío y termina con ardor, mientras que el amor sigue el camino contrario.