Ojala, que los versos de tus labios se desprendan como las palomas en el aire
Que las palmeras al mirarte contemplen las golondrinas volando una por una al otoño de tu pelo. Motora mía, luz coherente hacia mi pecho, eres el ferrocarril donde culminan mis terminales, el pasajero en espera,
el pedacito de pezón de almendra para una boca tímida como la mía.
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